Cuando en los mundiales de fútbol la imagen corporativa cobra la importancia que merece, se comienzan a diseñar y personalizar mascotas que transmiten la idiosincrasia del país anfitrión al resto del mundo, convirtiéndolas en marcas en la práctica.

El primer Mundial que decidió hacer uso de una mascota como imagen fue el de Inglaterra de 1966. La elegida fue Willie, el animal que más se identifica con el país británico, el león.

En general, cada mundial se identifica con una mascota que hace referencia al país que acoge el Mundial. Una notable excepción fue la utilizada el Mundial de 2006 por Alemania, cuyo animal representativo es el águila imperial, en la que se usó como mascota a un león, Goleo VI, que se identifica más con su eterno rival deportivo, Inglaterra. La acogida de esta mascota fue tan negativa que la empresa que tenía la patente y la producción del merchandising se declaró en bancarrota.

Para el Mundial de España de 1982, utilizamos una fruta para representarnos, la naranja, a diferencia del resto de países, que siempre han utilizado animales, dejando de lado el que más nos representaría, el toro. Naranjito no tuvo muy buena acogida en un principio, pero con el tiempo se ha convertido en todo un icono de la cultura española, ya que esa fruta representa muy bien lo nuestro, y genera todavía ventas del merchandising de la mascota.

Representa tan bien lo nuestro como lo hace Ibáñez con sus especiales del Mundial, el cual lleva 40 años desplazando a sus personajes más icónicos, Mortadelo y Filemón, a cada una de las citas mundialistas. Y este año no ha sido menos, Ibáñez a sus 82 años, vuelve a hacer magia con la tinta y sigue sorprendiendo a pequeños y mayores con las historias de sus personajes.

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